Hola mis amores *-* como les va...
yo aquí cansada, pero no quería dejar pasar un día mas sin subir un capitulo
después se olvidan de mi u.u
no mentira solo era una bromilla =)
este capitulo es cortito.
besos!
Cap 2
Camine decididamente
en su dirección. Aquí iba a ver qué tan caballero era ese hombre, que me miraba
sus ojos quemándome completa, por primera vez, un hombre sin ni siquiera
tocarme me hacía temblar, pero me mantuve dura, tajante. Miranda no me podía
ver convertida en un manojo de nervios.
-
Buenas
noches – dije sonriendo.
-
Hola
preciosa- dijo el más corpulento. El de pelo cobrizo, que identificaba con
Edward, lo quedo mirando raro, me atrevería a decir que hasta un poco molesto.
No sé por qué, pero la idea no me molesto, al contrario me gusto.
-
Bueno-
dio por terminado Miranda- vámonos, dejemos que hablen- dijo con una risa
picarona.
Cuando se fueron sentí
una agonía, no sabía cómo comportarme frente a aquel hombre, aunque era aún más
que eso, sentía vergüenza, si, nunca sentía vergüenza de mí, de lo que yo
hacía, pero esta vez era distinto.
-
¿Quieres
tomar algo?- me atreví a preguntarle, yo por mi parte me moría por un wiski, y
doble.
-
No
gracias- dijo el, quizás no quería mi compañía, lo quede mirando y me encogí de
hombro, di un paso hacia el bar, cuando sentí que jalaba de mi sutilmente, con
timidez, casi con miedo- No, no quiero tomar, pero si no te importa, me
gustaría acompañarla.
-
Eh…-
tartamudeé. Se supone que yo era la dama de compañía no él. ¿de verdad quería
pasar tiempo conmigo? Pero luego pensé, ¿De qué me sorprendo? Todos los hombres
son así, mañana se casa y hoy quiere mi compañía, no digamos que vino a buscar
dulces aquí, todos saben que especie de lugar es este, pero él seguía mirándome
allí, con su mano en mi brazo, impidiéndome avanzar, sentía un calor
extendiéndose por todo mi brazo, una electricidad pequeña, grata, proveniente
de su mano. Tampoco le podía decir que no, ni tratarlo con dureza o seriedad. Así
que solo le sonreí y asentí.
No sé por qué me
molestaba tanto, o sea, solo era un cliente más, y me tendría que comportar tal
y como debería para la ocasión.
-
Así que
esta es tu última noche de soltero- no era una pregunta. Lo mire fijamente,
pude ver como se había incomodado con mi pregunta, torció un poco la boca, haciendo
una mueca de mal gusto.
-
Si…
me caso.
-
Ah.-
lo seguí mirando, tratando de descubrir por qué lo hacía, sabía perfectamente
que no era asunto mío, solo es un cliente, solo eso, grábatelo por favor bella.
Me gritaba a mí misma, aunque igual seguí preguntándole.
-
¿y
eres feliz haciéndolo, me refiero, eres feliz al casarte?- me quedo mirando un
rato largo, incluso me llego a incomodar, su mirada me quemaba, y de pronto suspiro
y sonrió.
-
¿y tú
eres feliz trabajando en esto?- me congele, él pudo leer perfectamente mi expresión,
ya que levanto una ceja y amplio su sonrisa. Sentí que la rabia se apoderaba de
mí, era como una mezcla entre incomodidad y rabia, ¿Quién se creía? ¿Cómo era
tan indiscreto? ¿cundo le había confianza, para preguntarme algo semejante? La ira
brotaba por mis poros. Pero mi lado angelical y tranquilo “lo poco que quedaba de el” me recordó que yo había
comenzado a hacer las preguntas indiscretas, era yo quien había dado el pie a
que me pueda preguntar cualquier cosa, por lo que decidí responderle.
-
Sí,
soy feliz con lo que hago, tengo todo lo que deseo tener.- él se inclinó hasta
solo quedar unos pocos centímetros lejos de mí.
-
Pues,
no se te nota- su aliento me golpeo en la cara dejándome aturdida, encantada. Me
obligue a despertar del ensueño. Me aparte hasta que estuve en una distancia
prudente.
-
No me
interesa si se me nota o no, ese es asunto mío- quizás fui un poco más tosca de
lo que debí haber sido, pero de verdad que me estaba sacando de mis cabales-
bueno, por lo visto no nos llevamos muy bien, así que lo mejor es que me retire-
hice el intento de irme, pero él me lo impidió.
-
Perdón,
de verdad siento haber sido mal educado, solo tengo curiosidad.
-
Ah.-
exclame- entonces debo deducir que usted, le pregunta lo mismo a cualquier
mujer que trabaje en un lugar como este, solo por curiosidad- vi como
reflexionaba en su pregunta.
-
No. No
es como tú lo dices, yo nunca había venido a un lugar como este.
Lo mire con
incredulidad, y solté una carcajada, de esas que te salen del alma, cree que yo
era ingenua, estaba hablando con la reina del club de miranda, no con una
principiante, hablaba con una mujer que conocía a los hombres al revés y al
derecho, como la palma de su mano.
-
¡Por
favor!- exclame- a mí no me vengas con mentiras, no soy una estúpida.
-
Yo no
he dicho eso, jamás le diría eso a una dama y no tengo por qué mentirte, no
pierdo nada con decirle la verdad, solo trato de ser honesto.
-
Ok. Entonces
respóndeme, porque te causo tanta curiosidad- se acercó nuevamente a mí, y me miro
tan profundamente con esos ojos verdes hermosos, provocando que mi corazón se
alocara.
-
Por
qué me parece absurdo que una muy tan excesivamente bella trabaje en esto, porque
no me cabe en la cabeza que los demás no se den cuenta que estas incomoda en
este lugar, que no te gusta estar aquí, que no encajas, miro tus ojos y solo
encuentro bondad, inocencia, timidez, no entiendo por qué has caído en esta situación.
Mi corazón se apretó, sentí
como me ahogaba en dolor, mi respiración se apagó. Eso era algo que solo yo sabía,
y nadie se enterara nunca.
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¿algun comentario para mi? =)